domingo, julio 19, 2009


 

Sofá menguante


Uno de los primeros muebles que llegó a mi casa hará unos cinco años fue el sofá de cuatro plazas y un reposa-pies a juego. Se trataba de un sofá muy largo que quedaba bastante bien en el salón, que es más bien alargado.



Ahora que el salón actúa también, y a diario, como comedor, Indira y yo habíamos empezado a notar que el sofá estaba quitando demasiado espacio a la mesa de comedor plegable, no era problemático excepto cuando venían invitados y queríamos abrir la mesa donde comemos al máximo de su embergadura. El problema era que cambiar un sofá que te gusta, conjunta con el resto de la decoración y que todavía está en buen estado, parecía un poco tirar el dinero así que la solución fue dejarlo en manos de un tapicero y simplemente: encoger el sofá. El resultado no deja de ser curioso :)


domingo, julio 05, 2009


 

El raster de la pared norte: Almond Blossom


La nueva imágen que decora el salón de casa ya no es un raster, es una reproducción casi a tamaño real de un cuadro de Van Gogh.



Para los que tengan interés en el tema aquí va la explicación larga del proceso de composición:

Algunos recordarán que en una de las paredes del salón comedor tengo dieciséis marcos colgados formando un gran cuadro de más de un metro cuadrado, dentro de estos cuadros pongo una imágen divídida en dieciséis fragmentos cuidando de que en el proceso se descarten varios centímetros de la imagen original que corresponden a los que separan cada una de las dieciséis partes una vez están colgadas en la pared. En un principio estas imágenes las confeccionaba ampliando bestialmente una foto y luego las imprimía en blanco y negro, siendo Vacaciones en roma una de las composiciones que más bien quedaron utilizando esta técnica, a la que apodo raster debído a que para ampliar una imagen a tanto tamaño le paso un filtro que la transforma en una secuencia de puntos de distintos tamaños que impiden reconocer la imagen hasta que no se contempla desde lejos (siempre pongo el ejemplo de la técnica de impresión de los periódicos, que si los miras muy cerca aprecias que las fotos están compuestas por puntitos).

Tras un tiempo experimentando con imágenes en blanco y negro, virtualmente gratuitas, me decidí por hacer lo mismo con una bien colorida, el primer intento fue un jardín zen que quedó algo pálido debído al proceso de impresión, pero la segunda imágen que elegí quedó bastante bien, durante casi un año he tenído la famosa lata de Sopa Campbell inmortalizada por Andy Warhol dando colorido al salón.

ace poco decidí retirar la lata Cambpell y poner en su lugar un cuadro de Van Gogh, Almdon Blossom uno de los preferidos de Indira, coincidiendo con que ella viene a vivirse aquí.


Durante el proceso de cambio

El problema es que la técnica de pasar a puntitos el cuadro original no parecía hacer justicia a la obra original, así que la única alternativa era conseguir una imagen de grandes dimensiones (ancho por alto) y gran resolución (puntos por pulgada). Probé escaneando la imagen de una postal pero al tratarse de una imagen impresa y no de una fotografía si la ampliabas 30 veces su tamaño se apreciaban los diversos puntos de color que componian la impresión. Luego pensé en buscar un JPG grande en Internet pero los que encontraba no aguataban aumentarlos a un metro cuadrado sin mostrar gran cantidad de artefactos debídos a la compresión de este formato. Me decidí por usar uno de estos JPG, y aplicarle un filtro de photoshop, por ejemplo pixelando la imagen de manera que si la contemplabas desde lejos se viese bien, pero de cerca se viera claramente que estaba expresamente deformada. Un par de pruebas dejaron claro que era una buena idea, pero inapropiada para una obra de tanta categoría donde son los más pequeños detalles en las pinceladas los que la hacen magnífica.

La tarde antes de la impresión definitiva decidí buscar un modo de adquirir una copia del cuadro en formato digital, aunque fuera pagando, si las dimensiones y resolución de la imagen superaban los 1600 píxeles de ancho a 72 dpi que tenía hasta el momento. Al final tuve la suerte de encontrar en la web del MUSEO VAN GOGH de Amsterdam un modo de visualizar el cuadro a tamaño real, y encima vía un flash, con lo que el problema de los artefactos de compresión jpg desaparecían. El visualizador tenía una única limitación: si se visualiza la imagen a tamaño real apenas puede verse 1/60 del total. A partir de ahí la cosa fué tan sencilla como realizar sesenta capturas de pantalla y encajarlas en una gran imagen de 3600 x 2800 píxeles y 30 Mb de peso, todo ello antes de que cerrasen el offset donde me tenían que imprimir la imagen en impresora láser. No sin antes utilizar una plantilla que hice en photoshop que divide la imagen en dieciséis cuadros, descartando de nuevo la parte de la imagen que queda entre los marcos de la pared, unos cuatro centimetros entre cada imagen (para que no se pierda la proporción real una vez colgada en la pared).


Detalle de la calidad de la impresión




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